Andriw Sánchez Ruiz
Twitter: @AndriwSanchezr
No hay duda de algo:
Jhoulys Chacín atraviesa su momento más importante en la temporada. Existe una
razón bastante sólida para denominar a la coyuntura como trascendental, pues él
será el abridor de esta noche de los Leones del Caracas, a quienes solo les
sirve la victoria para no sucumbir en la serie y ser eliminados por Navegantes
del Magallanes.
No es necesario
recordarle eso al marabino. Está consciente de la gran responsabilidad que
soportará su brazo derecho al retar a los maderos filibusteros en el estadio
Universitario. Pero sí desconoce algo. No sabe si la apertura podría ser su
última en Venezuela, por lo menos por esta campaña. He allí el otro argumento
para catalogar el instante como indudablemente relevante.
“La gente de Bravos de
Atlanta me comenzó a decir que les gustaría que yo parara”, dijo el
serpentinero ayer, antes del cuarto juego entre los Eternos Rivales que, horas
después, se tradujo en el tercer lauro en la serie para los navieros por solo uno de la manada caraqueña.
“No me han dado un
límite definitivo y estamos hablando eso. Hay que esperar a ver qué pasa con
esta serie, a ver si me dejan lanzar más o no”, detalló para dejar claro que le
es incierto su futuro con Leones si el equipo logra remontar el enfrentamiento
y accede a las semifinales.
Como todavía hay bruma
en el asunto, no existe razón para indagar más. La única forma de esclarecer el
mañana es que los melenudos alarguen la serie al máximo de siete cotejos y que
se impongan. El primer paso debe ser triunfar esta noche, en el quinto choque.
Chacín desborda la confianza. De hecho, él cree que es lo mejor que tiene para
encarar el vital compromiso.
“Sí, tengo mucha
confianza. Pienso que he estado muy bien en mis últimos juegos. De verdad,
tengo la confianza muy alta y, si el equipo responde como lo hizo en el tercer
juego, vamos a ganar”, expresó el primer abridor de los capitalinos, quien de
por vida contra los eléctricos tiene una efectividad de 8.43.
Por
la redención
Será la segunda ocasión
que Chacín se mida al lineup bucanero en la serie. Fue el responsable de abrir
el primer juego del que tiene pocos recuerdos gratos. Lo perdió. Resultó emboscado
por los cañones y trabucos de la galera en el cuarto episodio, tras lanzar bien
los primeros tres capítulos. “No pude hacer el pitcheo para cerrar el inning”,
reflexionó.
“Pero lo bueno del
beisbol es que siempre hay una revancha. Tengo de nuevo la oportunidad de
lanzar. Haré lo que sé hacer: lanzar strikes, mantenerme arriba en la cuenta y
lanzar los pitcheos que yo quiero”.
¿Existirá un patrón o
comportamiento en los bates corsarios que notó el monticulista durante el juego
inicial en Valencia? Chacín no tarda en responder. “Ellos se vuelven más
selectivos cuando hay hombres en bases. En esos momentos buscan mucho el pitcheo
que les convenga. Cuando no hay corredores en circulación le hacen más swings a
envíos fuera de la zona de strike. Yo solo saldré a buscar un buen comando en
mi recta y utilizar mis lanzamientos quebrados cuando los necesite”.
Las palabras del
zuliano no pueden ser más ciertas. Cuando hay corredores en posición anotadora,
los nautas solo tienen tres ponches. El guarismo es minúsculo si se compara con
el de los avileños en situaciones similares: once.
El homólogo magallanero
de Chacín será Chris Leroux, quien también es derecho y lanzó las serpentinas
en el primer juego, cuando solo permitió un cuadrangular de Félix Pérez en 4.2
innings de faena. A diferencia del caraquista, el pítcher norteamericano ha
confirmado que su labor de esta noche será la última con la tripulación del
Cabriales.
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