Andriw
Sánchez Ruiz
El ánimo de Omar Bencomo Jr. no era el
mejor, cerca de la medianoche del domingo. Bravos de Margarita, su equipo,
había sido eliminado por Caribes de Anzoátegui. Atrás quedaba la ilusión de
jugar una semifinal en la isla.
Acongojado recogió sus cosas. Al salir del parque y
buscándole un sitio al bolso dentro de su carro, el teléfono repicó. Él sabía
lo que significaba la llamada: su temporada en Venezuela no había terminado.
Antes, cuando preguntaban por quienes deseaban
inscribirse en la lista de refuerzos para la semifinal, no ocultó el interés.
“Yo lo pensé. También estuve conversando con mi
papá a ver si me convenía, porque ya se acercan los spring training”, cuenta el
lanzador de 26 años de edad.
Tras la conversación, padre e hijo concluyeron que
era una buena idea adherirse a un semifinalista. La decisión estaba tomada y se
hizo realidad cuando el abridor contestó la llamada de Tiburones de La Guaira.
“No lo dudé”, agrega.
Más allá del poderoso motivo de ser su padre, el
joven tiene una buena razón para tomar en serio el consejo: su progenitor es
Omar Bencomo, Novato del Año de la campaña 1984-1985 con el Magallanes y parte
del cuerpo técnico actual de Tigres de Aragua.
“Tenía confianza que algún equipo me llamaría”,
continúa el relato. “Porque tuve una
buena temporada. Estuve leyendo que varios conjuntos estaban buscando pítchers
abridores y no dudé que alguien me buscaría”.
Precisamente, ser el mejor abridor disponible en el
draft fue la razón para ser la primera escogencia de Tiburones que estaba
urgido de un iniciador, tras el paso al costado de Junior Guerra.
Antes de uniformarse de escualo, ayer en la tarde,
Buddy Bailey tenía trazado el plan de Bencomo. Será el abridor del cuarto juego
de la serie, ese que le correspondía lanzar a Guerra.
“Hablamos sobre eso y voy con la misma mentalidad.
Continuaré el trabajo que hacía con los Bravos. Sé que el juego tendrá un
poquito más de responsabilidad, pero hay que mantenerse enfocado”, dice.
Luego del mitin con Bailey, el monticulista realizó
una sesión de bullpen para confirmar que
estaba al tope de sus condiciones.
“Me siento bastante bien. Con los dos días de
descanso que tendré estaré listo para el juego del sábado”, explica.
Medirse a Tigres es la oportunidad para desquitarse,
pues fue el club bengalí que obligó a Bravos a jugar el careo por el comodín en
el que salió de competencia.
“No pudimos contra
ellos (Tigres) lastimosamente. Pero aquí estoy y hay que sacarse la
espinita. Quiero poner en alto el nombre
de Bravos”, advierte con tranquilidad.
Buenos
números contra los bengalíes
En teoría, Tiburones de La Guaira
se armó con uno de los abridores que mejor le ha lanzado a Tigres de Aragua
durante el campeonato.
Omar Bencomo Jr. tan solo le permitió cuatro
carreras limpias en 25.0 innings a los bengalíes en la ronda regular. Los
guarismos se derivan en una efectividad de 1.44.
Mientras que en la
serie de playoffs, en la cual Bravos cayó en siete juegos con los rayados, el
derecho toleró cuatro anotaciones pulcras en 11.1 capítulos. Perdió el séptimo
cotejo. Es la primera postemporada que juega en sus tres campañas en Venezuela.
Nota publicada en el Diario Ciudad CCS, en su edición del 14 de enero de 2016.
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