miércoles, 14 de septiembre de 2016

El mascoteo, la única debilidad visible de Salvador Pérez

La excelencia se ha vuelto el hábitat natural del receptor de los Reales que podría ser mucho mejor si pule el arte de convertir las bolas en strikes

Andriw Sánchez Ruiz
Twitter: @AnSanchezRu

De mitos está llena la vida y es algo de lo que el beisbol no escapa. Ned Yost, actual manager de los Reales de Kansas City, escuchó sobre una criatura mitológica en 2010, que era capaz de marcar un tiempo de menos 1.8 segundos al tomar la bola tras el plato y colocarla en segunda base. Pero ese no era un caso para enmarcar en la criptozoología. Salvador Pérez era capaz de eso y mucho más a los 20 años de edad.

Lo extraordinario se ha vuelto rutina con el pasar del tiempo. El receptor de los monarcas detiene los cronómetros en 1.7 o 1.8 segundos de manera habitual cuando un corredor trata de estafarle la intermedia. Por eso no es de extrañar que tenga la tasa más baja de almohadillas descuidadas en las mayores (.485).  



“Es un mejor lanzador en este momento de lo que fue el año pasado”, dijo Pedro Grifol, coach de receptores de la organización, en un explicativo trabajo sobre Pérez publicado en el Kansas City Star. “Ves videos de hace dos años y puedes ver que alcanzaba tiempos de 1.75. Pero ahora lo hace constantemente”.

Esa habilidad, aunada con la capacidad de bloquear lanzamientos y guiar a los lanzadores, hace a Pérez el mejor catcher defensivo de las mayores. No en vano ha ganado tres guantes de oros consecutivos y apenas tiene 26 años, una edad en que la mayoría de los caretas no ha desarrollado los dotes que él ya posee.

Pero, si bien ya habita la excelencia, todavía podría ser mejor, mucho mejor. El receptor tiene una gran deficiencia: el framing o mascoteo en el glosario castellano del beisbol. Falla al momento de engañar a los umpires y transformar las bolas en strikes con suaves y sutiles movimientos. Es un arte, que si es bien pulido, podría cambiar el destino de un inning, de un juego o de una temporada.

De 24 caretas que han recibido al menos 5000 pitcheos este año, Pérez ocupa el último lugar en lanzamientos tomados en zonas malas y no convertidos en buenos. Según el portal statcorner.com, el valenciano ostenta un porcentaje en tales escenarios de 5.9, muy lejos de Francisco Cervelli (9.7) o Buster Posey (9.3), de quienes ningún umpire se puede confiar.

Es una herramienta valiosa, es verdad. Pero no es algo que angustie a los Reales, ni mucho menos a Grifol quien ha notado una tendencia que podría ser la esperanza de mejoría de Pérez.

“Cuando los juegos están cerrados, él se enfoca más en mejorar el mascoteo”, comentó el instructor. “Al concentrarse al 100% en cada lanzamiento, algo extremadamente difícil de hacer, es uno de los mejores del beisbol”.

Aunque Pérez no trascienda este año del último lugar del mascoteo entre los receptores titulares de las mayores, su cuarto Guante de Oro se ve cada vez más cerca. De mejorar el arte de la falsedad tras el plato, es posible que un día se convierta en una leyenda y no en el mito que Yost creía que era.

Trabajo publicado en el diario El Nacional, en su edición del 15 de septiembre de 2016

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