viernes, 29 de abril de 2016

Llamen a sus amigos y díganles que hay una estrella más en el cielo

Andriw Sánchez Ruiz
Twitter: @AnSanchezRu 

Oye, Beto Perdomo, esto está feo… muuuuy feo. El beisbol venezolano se nubló y está sumergido en un palo de agua de esos que caen en Caracas por estos días. Cielos oscuros y tristes. Pisos mojados por las lágrimas de aquellos que te conocieron y de quienes te escucharon. Desconsuelo de los que comprendieron que un elevado manso o un bombo, como decías, tiene similitudes con la suavidad del pan de cada día.
Coye, Beto. Calaste hasta los tuétanos de la idiosincrasia nacional. Alteraste la jerga cotidiana con sinceras y entretenidas descripciones de beisbol. Algunos, cuando señalan un camino, recurren a tu “por aquí, por aquí, por aquí”. Otros, tras lanzar un comentario mordaz, tratan de emular tu entonación del “estraaaaiiiii”.

domingo, 17 de abril de 2016

Un venezolano en Japón: La vida contada por Ramichán

Álex Ramírez triunfó en la lejanía nipona. Allá se convirtió en un prócer del beisbol y en el primer manager latinoamericano en el circuito. No obstante, quiere volver a Venezuela y dirigir a las Águilas del Zulia un día

Andriw Sánchez Ruiz
Twitter: @AnSanchezRu 

La confusión invadía la mente de Álex Ramírez. No era por estar en Japón, tan lejos de su natal Piñango de Yare. Tampoco por enfrentar las incómodas mecánicas de los lanzadores orientales. Mucho menos por el orden casi sobrenatural de la fanaticada. El pelotero, que tenía 26 años de edad en 2001, su primera temporada en el archipiélago, estaba desorientado porque no veía a su estratega hacer ningún tipo de señas.

“Saben… Uno está acostumbrado, en los países de occidente, que el manager siempre da las señas. Se mueve a un lado y a otro, o habla con el coach de pitcheo”, dice  Ramichán, como es conocido el mirandino, desde el centro de Tokio. Allí desarrolla su vida, acompañado de su esposa y su pequeño de 11 meses con Síndrome de Down. “Siempre tuve la espinita de saber quién toma las decisiones y manda directamente en el juego”.

Ya no está aturdido por las nuevas costumbres. Tiene 15 años en Japón. Se ha convertido en prócer. Nipones lo aclamaron como pelotero activo. Gritaron cada uno de los dos mil 17 hits que conectó, siendo el único extranjero en superar los dos millares de imparables en la cerrada liga. Celebraron y copiaron sus bailes cada vez que pegaba un cuadrangular. Este año, aplaudieron su designación como manager del Yokohama DeNa BayStars. Ningún latinoamericano ha ocupado un cargo similar por aquellos lares.

Ramichán en su presentación como manager del Yokohama. Foto cortesía Cárdenas Sports Media

miércoles, 6 de abril de 2016

Carlos González y los jonrones meteóricos

El primer cuadrangular del marabino tuvo una velocidad de 119.3 millas por hora. Según hittrackeronline.com, es la cifra más alta para un criollo en la última década

Andriw Sánchez Ruiz
Twitter: @AnSanchezRu 

No impresionó la distancia que recorrió el cuadrangular que Carlos González le conectó a Zack Greinke, la noche del lunes, en el Chase Field de Arizona. La bola solo voló por 415 pies hasta aterrizar cerca de una piscina entre el jardín central y el derecho. Lo que asombró fue la velocidad con que la pelota salió del bate y superó la barda.

En el momento fue imposible medir el tablazo. Pero no se trataba de un engañoso espejismo. La pelota llevaba una velocidad poco común que fue calculada por Statcast, herramienta de MLB.com, en 117.4 millas por hora. Hittrackeronline.com, un portal especializado en analizar las características de los jonrones en Grandes Ligas desde hace una década, tiene otro avalúo sobre el batazo: 119.3 millas.

Aquí puedes ver el jonrón de CarGo: 

martes, 5 de abril de 2016

Adaptabilidad e inteligencia hace valiosos a los cátchers criollos

Con el pasar de los años la receptoría venezolana ha evolucionado y llegó a su pináculo histórico con siete caretas en la jornada inaugural de esta temporada

Andriw Sánchez Ruiz
Twitter: @AnSanchezRu 

Ramón Hernández tomaba elevados en un campo de Cumaná, estado Sucre. Era observado y analizado. El joven, de 17 años de edad, tenía muchas cualidades que enamoraban a Ubaldo Heredia, quien en 1993 daba sus pininos como scout de los Atléticos de Oakland. “Necesitaba firmar a ese muchacho”, recuerda el cazatalentos. “Pero no corría nada bien”.

Hernández era lento, algo anti natural para un jardinero. “Así como corres no tienes chance”, le dijo Heredia al bisoño. “¿Qué otra posición puedes jugar?”. El pelotero le respondió que cuando era niño llegó a cubrir la receptoría. Lo probaron detrás del plato, realizó cuatro o cinco tiros a segunda y el scout dijo las palabras mágicas: “Ramón, te firmaremos como cátcher”.