martes, 5 de abril de 2016

Adaptabilidad e inteligencia hace valiosos a los cátchers criollos

Con el pasar de los años la receptoría venezolana ha evolucionado y llegó a su pináculo histórico con siete caretas en la jornada inaugural de esta temporada

Andriw Sánchez Ruiz
Twitter: @AnSanchezRu 

Ramón Hernández tomaba elevados en un campo de Cumaná, estado Sucre. Era observado y analizado. El joven, de 17 años de edad, tenía muchas cualidades que enamoraban a Ubaldo Heredia, quien en 1993 daba sus pininos como scout de los Atléticos de Oakland. “Necesitaba firmar a ese muchacho”, recuerda el cazatalentos. “Pero no corría nada bien”.

Hernández era lento, algo anti natural para un jardinero. “Así como corres no tienes chance”, le dijo Heredia al bisoño. “¿Qué otra posición puedes jugar?”. El pelotero le respondió que cuando era niño llegó a cubrir la receptoría. Lo probaron detrás del plato, realizó cuatro o cinco tiros a segunda y el scout dijo las palabras mágicas: “Ramón, te firmaremos como cátcher”.



El cumanés dio el salto a Grandes Ligas en 1999. Apenas fue la décima mascota venezolana en debutar en las mayores, a pesar de 60 años de presencia nativa en el nivel. Pero poco a poco los aperos serían utilizados por más y más criollos.

Después de Hernández, 38 receptores vinotintos han alcanzado la meca del beisbol. Desde Wikleman González, el 14 de agosto de 1999, hasta Elías Díaz, el 12 de septiembre de 2015.

Ha sido tan notable la evolución en la posición, que en la jornada inaugural de este año, siete cátchers del país fueron titulares: Francisco Cervelli (Piratas), Salvador Pérez (Reales), Robinson Chirinos (Rangers), Wilson Ramos (Nacionales), Miguel Montero (Cachorros), Carlos Pérez (Angelinos) y Dioner Navarro (Medias Blancas). El campocorto, territorio reclamado por Venezuela desde antaño, solo tuvo cinco estelares.

¿A qué se debe ese incremento? ¿Por qué la nación se ha transformado en una fábrica de caretas? Heredia, quien ahora funge como scout de los Marineros de Seattle, piensa que el secreto se encuentra en el caso de Hernández: adaptabilidad a las circunstancias.

“El pelotero venezolano se adapta rápido a la posición. Como Ramón o Henry Blanco, que era tercera base, al igual que Carlos Hernández, o Chirinos que era torpedero”, opina Heredia. “El pelotero de este país tiene las condiciones físicas y mentales para acostumbrarse a las labores del receptor”.


Luego que Ramón fue firmado, pasó tres meses en República Dominicana. Heredia recibió una llamada del recordado Karl Kuehl, manager de los Expos de Montreal en 1976 y unos de los coordinadores de scouts de Oakland a principios de los 90's. “Kuehl me dijo: ‘Felicidades, Ubaldo. Has encontrado a un grandeliga’”. La manera inteligente con la que Hernández llevaba los lanzadores de los Atléticos asombraba a la organización.

“Es que el venezolano capta muy rápido”, comenta Emilio Carrasquel, coordinador de scouts en Venezuela de los nautas. “Debido a la formación integral del criollo, los peloteros absorben enseñanzas muy fácil, a diferencia del dominicano que compensa eso con condiciones físicas más desarrolladas”. 

Además de los siete venezolanos que son estelares con la mascota, esta temporada hay tres más que integran los rósters: José Lobatón (Nacionales) y los lesionados Jesús Sucre (Marineros) y Elías Díaz (Piratas).

“No se extrañen si eso sube más cada año. El pelotero venezolano de hoy se adapta muy bien a la receptoría así como, en su momento, lo hizo en el campocorto”, cierra Heredia, antes de terminar la conversación telefónica.

Nota extendida, de la publicada en el diario El Nacional, en su edición del 6 de abril de 2016

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