lunes, 21 de diciembre de 2015

El día que Jean Machí le lanzó su mejor pitcheo a Will Ferrell

Andriw Sánchez Ruiz
Twitter: @andriwsanchezr
¿Qué no ha vivido Jean Machí en un terreno de beisbol profesional? Es difícil responder la interrogante. Ha sido taponero estelar de Navegantes del Magallanes y relevista indispensable en Grandes Ligas. Nombrado Cerrador del Año y Lanzador del Año en la temporada 2009-2010 en Venezuela. Ganador de dos títulos con los turcos (12-13 y 13-14) y una Serie Mundial con Gigantes de San Francisco (2014).
Se ha vestido de héroe y villano del morrito, atuendos normales en la imprevisibilidad y variabilidad del juego de pelota. El año pasado su Split-Finger llegó a ser catalogado como uno de los mejores envíos en las mayores. Se ha acercado a la cúspide para un serpentinero y rozado los niveles más bajos de los despidos espontáneos. Ha regresado y marchado. ¡Vaya que ha experimentado situaciones en los diamantes!

Tal vez no sea el instante más memorable, ni siquiera el más inolvidable, pero es posible que el momento más anecdótico en la carrera de Machí tenga fijada la fecha 12 de marzo de 2015. El día que le lanzó su mejor pitcheo a Will Ferrell, una de las estrellas más brillantes del cine de comicidad actual de Estados Unidos.
Foto MLB.com

No. No fue en una caimanera, ni en un juego extraordinario. El encuentro de personajes tan desiguales se dio durante el Spring Training de este año. Machí, que en ese momento todavía lucía el hábito de los Gigantes, se disponía a sacar el octavo inning. Deseaba conseguir la mejor forma física a costa de los bateadores de Medias Blancas de Chicago.
Su próximo rival aterrizó en helicóptero en el jardín central de CamelbackRanch, en Glendale, Arizona; hogar primaveral de los patiblancos. El adversario era Ferrell, quien bajó con mucha seguridad y con bate en mano. “¡Oh!”, suelta el relevista anzoatiguense y sonríe cuando se le es recordado el inusual enfrentamiento.
“Para mí, de verdad fue algo inesperado”, relata durante una de las visitas del Magallanes al estadio Universitario, en Caracas. “En Spring Training casi siempre lanzo temprano, pero ese día extrañamente me dejaron para los innings finales”. La razón de su presencia, es que los productores que seguían las incidencias de Ferrell deseaban que se midiera a un lanzador que había estado en la Serie Mundial el año anterior.
Cuando Ferrell se acercó al plato para hacerle frente, Machí cayó en cuenta del momento. Recordó que el actor había emprendido una gira durante los entrenamientos primaverales en la Liga del Cactus. La cruzada, con fines benéficos en pro de la lucha contra el cáncer, consistía en jugar para diez equipos de Grandes Ligas, en diez posiciones distintas, y en un mismo día, ese 12 de marzo. El proyecto se denominó “Ferrell takes the field” y fue producido por el sitio web Funny or Die.
“Yo vi la comedia”, admite el escopetero de 33 años, sin perder la sonrisa que denotaba divertidos recuerdos. “Me reí mucho con ella”. Pero… ¿Qué vivió Machí en el acontecimiento? ¿Por qué tan hilarante?
“Él (Ferrell) llegó haciendo bromas”, recuerda, al mismo tiempo que acentúa el hecho que el también venezolano Guillermo Quiroz protagonizaba el momento, pues era su receptor. Machí le abrió con un envío rápido al actor, que estaba metido en el papel de bateador designado de los Medias Blancas.
“No vale, yo no me afinqué”, dice entre risas. “Yo quería que él hiciera contacto para hacer la cosa más atractiva, tú sabes”. Ferrell vio pasar un lanzamiento más, le hizo un fallido swing a otro y cuando por fin llegó el contacto, la bola salió en foul cerca de la primera base. Enseguida soltó el bate y mostró señales de dolor en las manos.
“Cuando dio el foul y se sobó las manos me dije ‘ay, chamo’. Él lo que hizo fue preguntarle a Quiroz que qué le había lanzado”, comenta y luego revela la identidad del envío como si fuera una acción cotidiana: “Yo lo único que le tiré fue una Split”.
Tras notar la sorpresa, pues exhibió lo mejor de su repertorio frente a un hombre de 48 años con casi nula experiencia en el beisbol, Machí no tardó en argumentar: “Pero tranquilo. Se lo lancé para que le diera y no fallara”.
Inevitablemente Ferrell se ponchó. Fue mucha la distancia entre él y el fuerte relevista nacido en El Tigre. En su camino al dugout de los Medias Blancas, el anunciador interno le informó a los presentes en el estadio que el actor había sido cambiado a los Gigantes. Ahora, los fugaces rivales, serían compañeros.
Bruce Bochy, mánager de San Francisco, sacó a Quiroz del juego. Le ordenó a Ferrell que se pusiera los aperos de cátcher y le diera instrucciones a Machí. “Se me acercó y me entregó la bola. Entre bromas de que no le lanzara tan duro, me pidió boleto intencional”. El monticulista cumplió, pero Ferrell fue cambiado de inmediato a los Dodgers de Los Ángeles por una compensación no revelada. Resultó una elegante manera de despedirlo. Menos cruel que cuando los Angelinos de Los Ángeles de Anaheim lo envió a Cachorros de Chicago por una lavadora.
“Yo creo que, más allá del show, fue un bonito gesto. Valió la pena hacer eso por las personas que luchan contra el cáncer”, razona Machí que, cuando tenía 15 años de edad, perdió a su abuela por el padecimiento de la enfermedad.
Al conocer la historia del día que el cerrador le lanzó su mejor pitcheo a Ferrell, se torna más difícil responder la pregunta: ¿Qué no ha vivido Machí en un terreno de beisbol profesional? Ya veremos lo que le deparará su experiencia con los Cachorros, su equipo para el año que viene.
Trabajo publicado en Newsweek Venezuela. Se prohíbe su reproducción total o parcial, sin el consentimiento del grupo informativo.

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