El
choque cultural puede ser brusco pero el llanero se ha acostumbrado al
archipiélago nipón. Le gusta la comida y los fanáticos, que lo saludan con
banderas de Venezuela
Andriw Sánchez Ruiz
Twitter: @AnSanchezRu
La lejanía de Japón no
hace que Ernesto Mejía olvide a Venezuela. Se siente distante, pero no ajeno a
lo que se vive en el país. Recuerda los colores y olores de la tierra. Y si algún
día olvida algo, tal vez los mismos nipones se lo hagan recordar. Aunque ese
escenario parezca imposible, los asiáticos ya practican por si llega a ocurrir.
Fanáticos de Leones de
Seibú, el equipo del inicialista llanero en el archipiélago del Sol Naciente,
sacan pequeñas banderas tricolores cada vez que Mejía toma un turno en el Seibu
Dome, en Tokorozawa, prefectura de Saitama. Amarillo, azul y rojo se vuelven
colores comunes y pigmentan una improvisada embajada venezolana en las
tribunas.
Foto Kyodo News
El gesto de los
seguidores es una alegría para Mejía y para los comerciantes que venden las
toallas venezolanas a las afuera del estadio. “Algunas tienen mi nombre”,
comenta el portugueseño, a través de notas de voz facilitadas por la agencia
Cárdenas Sports Media. “Los fanáticos aquí son bastante especiales. Muy
detallistas, siempre me apoyan en todo momento. No importa cómo me vaya”.
El llanero no sólo se
siente a gusto con los fervientes pero organizados seguidores japoneses. Se ha
acoplado bien a la cultura trabajadora del país. Allá el acondicionamiento
físico puede ser más extenuante que el que se ve en el Caribe o Estados Unidos.
“Me gusta trabajar, así
que por ese lado no me ha pegado tanto”, dice. “Pienso que todo depende de qué
tantas ganas tengas de triunfar y seguir adelante. No me costó para nada. Aquí
hay que hacer las cosas bien y se trabaja mucho”.
Se le nota la
comodidad. Desde que llegó a los confines de oriente, en 2014, ha destrozado el
pitcheo. Hasta el sábado era líder de la Liga del Pacífico en jonrones (23) y
carreras remolcadas (62). Ya suma 83 cuadrangulares en el lejano circuito.
¿Es posible que Mejía
haya encontrado su lugar en el beisbol, luego de dominar el sistema de Ligas
Menores y no conseguir una oportunidad en Grandes Ligas con los Bravos de
Atlanta? Él sostiene que sí.
“El beisbol japonés es
mi presente y mi futuro”, afirma el toletero de 30 años de edad. “Pienso que ya
no tengo nada que buscar en Estados Unidos. Gracias a Dios no me arrepiento de
nada. Trabajé todos los años que estuve allá. Tuve los mejores años posibles
que pude tener y estoy contento con lo que hice. No creo que devolverme para
atrás sea una opción. Estoy muy contento aquí, no tengo nada que buscar allá”.
¿Qué
hacer en Japón? Cuando pisó el archipiélago nipón,
mucho antes de comenzar a jugar, Mejía fue recibido por Álex Ramírez
“Ramichán”, la leyenda venezolana más grande en el lejano país.
Por la exótica
alimentación hay pocas preocupaciones. “Siempre en mi casa tenemos comida
venezolana y por ese lado no es tan difícil”, relata. “La comida japonesa es
muy sana y fresca. He probado casi todo, es muy buena. Está el ramen (sopa) que
es muy bueno”.
Foto Kyodo News
Es posible que los
enfrentamientos de Mejía contra los platillos japoneses sean una batalla más
sencilla, y hasta placentera, que enfrentar a los mañosos lanzadores de la
nación. “Los pitchers aquí no te retan tanto, sobre todo con hombres en
posición anotadora”, explica. “Es difícil hacer swing porque no pasan nada por
el plato, se cuidan mucho de que no les anoten carreras, se toca la bola desde
el primer inning. Hay cosas diferentes”.
Pero eso no le ha
cambiado la mecánica al inicialista de 1.98 metros de estatura. Aunque sí lo ha
reconfigurado mentalmente. “He cambiado la forma de enfrentar a los lanzadores.
Con hombres de bases, dependiendo de los outs. Aquí toca hacerlo, porque es
difícil”.
Además de estar
adaptado al beisbol japonés, Mejía tiene un buen estado físico. Llegó con buen
peso a la pretemporada y sus swings son mejores que los del año pasado, cuando
conectó 27 jonrones pero bateó para .235. Ya su condición anatómica no le quita
el sueño, su pasatiempo preferido en Asia.
Entrevista publicada en el diario El Nacional, en su edición del 27 de junio de 2016
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