El
choque cultural puede ser brusco pero el llanero se ha acostumbrado al
archipiélago nipón. Le gusta la comida y los fanáticos, que lo saludan con
banderas de Venezuela
Andriw Sánchez Ruiz
Twitter: @AnSanchezRu
La lejanía de Japón no
hace que Ernesto Mejía olvide a Venezuela. Se siente distante, pero no ajeno a
lo que se vive en el país. Recuerda los colores y olores de la tierra. Y si algún
día olvida algo, tal vez los mismos nipones se lo hagan recordar. Aunque ese
escenario parezca imposible, los asiáticos ya practican por si llega a ocurrir.
Fanáticos de Leones de
Seibú, el equipo del inicialista llanero en el archipiélago del Sol Naciente,
sacan pequeñas banderas tricolores cada vez que Mejía toma un turno en el Seibu
Dome, en Tokorozawa, prefectura de Saitama. Amarillo, azul y rojo se vuelven
colores comunes y pigmentan una improvisada embajada venezolana en las
tribunas.
Foto Kyodo News