Luego de haber perdido un contrato con San Luis en 2010, el carabobeño se alejó de los diamantes de beisbol profesional
Andriw Sánchez Ruiz
Twitter: @AnSanchezRu
Ser cerrador en Grandes Ligas. El joven Edubray
Ramos cree que puede lograrlo y quién es capaz objetar ese sentir. Con 23 años
es uno de los diamantes brutos de Filis de Filadelfia e integra el roster de 40
de la organización. Pero no siempre fue así. La sensación de poseer la
capacidad de salvar estuvo muy lejos un tiempo, mientras trabajó en una empresa
contratista para limpiar pisos a los 18 años.
“Tuve que hacer eso”, le cuenta el relevista
carabobeño al periodista Bob Brookover, del portal Philly.com. “Tuve que ayudar
a mi madre y era obviamente una manera de mantenerse fuera de problemas, porque
las cosas son difíciles en Venezuela. Mi motivación era ayudar a mi madre y
tener la esperanza de que una oportunidad vendría más adelante”.
Ramos no pudo aprovechar su primer chance en el
beisbol profesional cuando firmó en 2010, y con 17 años de edad, con Cardenales
de San Luis. Su campaña debut en la Venezuelan Summer League fue para el
olvido, pues registró efectividad de 9.53 en 17.0 innings.
El reportero Brookover cuenta, en su detallada historia, que todavía existía
alguien que creía en el brazo derecho del jovencito: Orlis Méndez, un
cazatalentos.
“Nos conocimos en un estadio mientras yo lanzaba”,
relata Ramos. “Él (Méndez) se me acercó y me dijo: ‘Sé quién eres. Te he visto
antes. Deja que te lleve bajo mi tutela y, eventualmente, habrá una
oportunidad’. Orlis me mantuvo fuerte mentalmente”.
El fortuito chance llegó en 2013. Carlos Salas,
quien para aquel entonces era el encargado de scautear por los Filis en
Venezuela, observó al joven. Ramos ya no era ese muchacho que solo lanzaba a 90
millas por hora. Había evolucionado y su recta sorprendía al marcar las 94
millas.
“Lo que más me impresionó es que tenía una curva muy
buena. En ese momento pensé que el muchacho podría ser un relevista en Grandes
Ligas”, recuerda Agostinelli.
Nota publicada en El Nacional, en su edición del 28 de febrero de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario